martes, 28 de junio de 2016

Visita al Museo de San Fernando

Después del estresante final de curso, con sus exámenes finales y graduaciones pertinentes, el S.G.T. ha retomado su investigación geológica por San Fernando.

En mayo pensábamos que dispondríamos de toda la información necesaria para empezar con la siguiente fase del proyecto, pero nos equivocamos; a medida que vamos recopilando información nuestra curiosidad aumenta. Ya al principio el delineante del Ayuntamiento, Manuel Trujillo, nos comentó algo que nos llamó mucho la atención: la proyección de un canal para comunicar la Bahía con el caño de Sancti Petri que pasaba por el IES Jorge Juan (curioso, ¿verdad?).

En junio hablamos con el historiador José Quintero González, que a su vez nos puso en contacto con Antonio Sáez Espligares. Después de arduos intentos para localizarle telefónicamente mediante la centralita del Ayuntamiento, concertamos una cita el día 28 de junio en el Palacio de Congresos de nuestra ciudad (ya que el museo se encuentra actualmente desmantelado por traslado).

Llegada la fecha, Antonio Sáez, director del Museo de San Fernando, nos recibió muy amablemente y nos dedicó media mañana. En principio íbamos buscando información sobre antiguas canteras en nuestra ciudad que delatasen zonas con buenos afloramientos geológicos.

Antonio Sáez junto al S.G.T. en la sala de reuniones del 
Palacio de Congresos de San Fernando

Empezamos a tomar notas de todo lo que Antonio nos iba contando sobre explotaciones de recursos naturales: canteras de yesos, arcilla, roca ostionera, sal... Nos enseñó antiguos planos donde la toponimia aludía a dicha actividad, como el “Cabezo del Yeso” (el actual Cerro de los Mártires) o Punta Cantera (zona de los polvorines de Fadricas); también el nombre popular de algunas calles lo evidenciaban, como el “Callejón de las Canteras” de la Casería de Ossio (actual Calle Santo Ángel). 
Pero nos quedamos perplejos cuando nos comentó que hubo hasta prospecciones en el acuartelamiento de Camposoto, en la zona más próxima al Cerro de los Mártires, para ver la posibilidad de encontrar plata y plomo; incluso se buscó azogue en la Casería de Ossio. En resumen, podríamos decir que la Isla de León era la “cantera” por excelencia de la Bahía.

Aprovechamos la coyuntura para mostrarle el mapa hipsométrico que habíamos elaborado de San Fernando. Antonio se sorprendió gratamente y esbozó una sonrisa de “complicidad investigadora”. En ese momento supo que íbamos en serio.

Antonio Sáez admira con agrado el minucioso trabajo realizado
por el S.G.T. con el mapa hipsométrico del municipio.

Después de alabar la originalidad de nuestro trabajo y de su valor didáctico (confesó que él empezó haciendo lo mismo cuando joven) nos comentó sobre la base del mismo que la actividad extractiva a la que había estado sometido durante siglos el municipio había ido modificando su geomorfología. Ejemplos plausibles de esta alteración topográfica del municipio son: la Barriada de Diputación (zona deprimida conocida popularmente como “El Boquete”), el desmantelamiento de los terrenos situados al norte de las vías del ferrocarril en la zona de la Casería (conocidos antiguamente como “Monte del Duque”) o El Barrero, etc.

Posteriormente Antonio nos enseñó las fotos aéreas del “Vuelo Americano”. Se trata una colección de imágenes del vuelo fotográfico de la España peninsular realizado en los años 1945-46 (Seria A) y 1956-57 (Serie B) por el Army Map Service de EE.UU. En dichas fotos pudimos apreciar perfectamente las manchas de las numerosas canteras existentes en la zona de la Casería de Ossio o la gran depresión de El Barrero. Pero lo que más llamaba la atención era una franja, de unos 80-100 metros de ancho, que iba en dirección NW-SE desde El Patio Cambiazo hasta la autovía que circunvala San Fernando: eran las excavaciones del canal de navegación entre la Bahía de Cádiz y Chiclana, más conocido popularmente por el “Canal de Lerena” (sin buscarlo, se resolvió una de nuestras incógnitas).

Los miembros del S.G.T. observan atentos las explicaciones que el director 
del museo hace sobre las fotografías aéreas del Vuelo Americano de 1956.

Abrumados por la cantidad de buena información para nuestro proyecto, aderezado con historias de personalidades ilustres de nuestra ciudad (como el Almirante General Lobo, el Marqués de Ureña o el marino y brigadier honorario Lerena) decidimos dar por concluida la entrevista, pasar a limpio los apuntes en el instituto y darnos un tiempo para poner en orden todos estos datos obtenidos. Antonio nos pasó su correo y actualmente seguimos en contacto con él vía e-mail.

Antes de irnos no pudimos evitar fotografiarnos junto a la 
primera edición del diccionario de la RAE.


¡Muchas gracias Antonio por colaborar en nuestro proyecto!