Itinerario: "Puerto del
Boyar - Puerto de las Presillas - Cortijo del Dornajo - Casa Fardela
– Beanocaz".
Esta excursión la realizamos el
jueves 14 de abril de 2016 junto con nuestros compañeros del IES Las Salinas. Salimos de San Fernando
sobre las 9:10, dos autocares y seis profes, y llegaríamos al Puerto
del Boyar sobre las 10:50. Después de ponernos algo de ropa por el
fresquito que hacía y avituallarnos, nos dirigimos hacia el mirador.
Allí, los que teníamos más inquietudes geológicas (el S.G.T. y un grupo de la ESPA),
sacamos los planos y empezamos a ubicarnos; teniendo una perspectiva
geográfica y geológica del corredor del Boyar envidiable.
Detalle de un pequeño afloramientos de areniscas en las
inmediaciones del Puerto del Boyar.
Posteriormente, buscamos
afloramientos que nos dejasen ver los materiales que formaban las
“escamas” de dicho corredor. Encontramos algunos estratos de
areniscas bien conservados (posibles facies flysch) y aprovechamos
los bloques de calizas micrítica de una escollera para hacer un
ensayo con HCl.
Andy y Antonio estudian la disposición vertical de algunos
estratos de areniscas al comienzo de la pista que da al
Camino de San Fernando (hoy en día cortado
a escasos 200 m del Puerto del Boyar).
Después de una hora
aproximada, emprendimos el camino de subida al Puerto de las
Presillas. Pasamos por el entorno del nacimiento del Guadalete y en
el ascenso nos topamos con calizas con nódulos sílex que nos
paramos a fotografiar. También vimos fragmentos sueltos, no in
situ, de calizas pisolíticas.
Antonio y Nieves observan cómo resaltan los nódulos
de sílex en una roca en las inmediaciones
del nacimiento del Guadalete.
Detalle de un bloque de calizas pisolíticas encontrado
en el camino que sube al Puerto de las Presillas.
Detalle de los nódulos de sílex que aparecen en
estas calizas jurásicas en las inmediaciones
del Puerto de las Presillas.
Aparente plano de falla en el camino de ascenso al puerto
(que se puede apreciar al fondo de la imagen)
Ya en el puerto de las
Presillas vimos piornos azules y disfrutamos del magnífico y variado
lapiaz de su entorno. Apreciamos formas típicas de lapiaces desnudos
con crestas afiladas, formas oquerosas, ondulaciones de disolución
formadas por flujo sin canalizar, lapiaces con formas semipinaculares
procedentes de la evolución, con toda posibilidad, de lapiaces
estructurales. Además, en el relieve que existe a la derecha (al
Este) se aprecia lapiaces escalonados y acanaladuras sobre una pared
muy escarpada.
Una vez en el Puerto de las Presillas lo primero
es localizarse en el mapa.
El S.G.T. posando junto al magnífico lapiaz del Puerto
de las Presillas (el Navazuelo les observa al fondo)
Foto de detalle de las magníficas formas de lapiaz canalizado de
trazado rectilíneo a favor de la máxima pendiente (“Rillenkarren/
Wandkarren”) que aparecen colgados en una de las paredes de
los relieves que aparecen en el mismo Puerto de las Presillas.
Otras formas que aparecen en esta zona son los lapiaces oquerosos.
Después de llevarnos una
reprimenda por parte del grupo, por retrasarnos, nos encaminamos
hacia el cortijo del Dornajo. Por el camino vimos un lapiaz con una
acanaladura con meandros que terminaba en una poceta, un ejemplo
digno de comentar y fotografiar.
Jose observando asombrado una de las formas de lapiaz
más llamativas: un Mäanderkarren. Se trata de un lapiaz
canalizado y profundizado con trazado meandriforme
(formas típicas de una karstificación nival).
De camino al Cortijo del Dornajo pasamos por dolinas “de libro”
Llegando al cortijo, en
sus inmediaciones, tuvimos que sortear un arroyo que discurría
salido de cauce en algunos puntos. No sería la primera vez que nos
mojásemos las botas. Eran las 14:55.
Ya en el cortijo,
almorzamos nuestros bocatas con todos y nos hicimos una foto de
grupo. Sobre las 15:45 comenzamos de nuevo la marcha ya reunificados.
Después de subir otro
tramo, entre los que se apreciaban hermosas encinas, llegamos a una
zona más llana: eran las inmediaciones de la Casa del Fardela. Una
zona muy agradable con poca pendiente y allanada que nos llevaría
hasta la parilla de piedras que linda con este cortijo. Las vistas
muy bonitas. En las inmediaciones de la parilla, tirando hacia los
relieves calizos de la Cuesta de Fardela, estaba el pozo de las Nueve
Pilas. Allí estuvimos hablando con el pastor de la finca, con su
perra Luna, y nos contó que en verano la fuente casi se secaba, pero
que ahora manaba generosamente.
Depósitos de calizas brechoides en las inmediaciones del
pozo de las Nueve Pilas (Casa de Fardela)
Carniola encontrada en el camino, a escasos
200 m del cauce del arroyo Pajaruco.
Seguimos nuestro camino,
tomando hacia la izquierda (hacia el SSE), para ir bajando ya hacia
Benaocaz. Todo estaba encharcado, los pradillos empapados una cuarta,
pero las vistas eran espectaculares. Este camino discurre al pié de
la cara norte de la Sierra del Caíllo: “majestuoso Navazo Alto”.
Los terneros y, algún cochino de pata negra, complementaban la
postal.
Bonitas
vistas de la Sierra del Caíllo desde el camino que baja
de la Casa
de Fardela a Benaocaz.
A unos 800 m más abajo
tuvimos que pasar el arroyo Pajaruco, que bajaba con bastante caudal.
Aquí muchos chicos y chicas optaron por no sortearlo por las
piedras, ya les daba igual (tenían las zapatillas empapadas). En
este punto la potencia de las arcillas de descalcificación podía
superar los 25 cm y las suelas de los zapatos se quedaban clavadas.
Arroyo Pajaruco. Obsérvese la terra rossa que domina sus márgenes.
Unos 30 minutos más
tarde llegamos a Fuente del Tejar, en las afueras de Benaocaz, dando
como finalizada la excursión.
En resumen: bonita
excursión, vistas espectaculares, y estupenda convivencia del IES
Las Salinas. Los chavales disfrutaron muchísimo y me quedo con una
frase de Alejandro Cheza: << ¡Jerónimo, me lo estoy
pasando genial! Veo barato los 8 euros que nos ha costado ¡Yo
hubiera pagado hasta 20 por venir! >>