Después del estresante
final de curso, con sus exámenes finales y graduaciones pertinentes,
el S.G.T. ha retomado su investigación geológica por San Fernando.
En mayo pensábamos que
dispondríamos de toda la información necesaria para empezar con la
siguiente fase del proyecto, pero nos equivocamos; a medida que vamos
recopilando información nuestra curiosidad aumenta. Ya al principio
el delineante del Ayuntamiento, Manuel Trujillo, nos comentó algo
que nos llamó mucho la atención: la proyección de un canal para
comunicar la Bahía con el caño de Sancti Petri que pasaba por el
IES Jorge Juan (curioso, ¿verdad?).
En junio hablamos con el
historiador José Quintero González, que a su vez nos puso en
contacto con Antonio Sáez Espligares. Después de arduos intentos
para localizarle telefónicamente mediante la centralita del
Ayuntamiento, concertamos una cita el día 28 de junio en el Palacio
de Congresos de nuestra ciudad (ya que el museo se encuentra
actualmente desmantelado por traslado).
Llegada la fecha, Antonio
Sáez, director del Museo
de San Fernando, nos recibió muy amablemente y nos dedicó media
mañana. En principio íbamos buscando información sobre antiguas
canteras en nuestra ciudad que delatasen zonas con buenos
afloramientos geológicos.
Antonio Sáez junto al S.G.T. en la sala de reuniones del
Palacio de Congresos de San Fernando
Empezamos a tomar notas
de todo lo que Antonio nos iba contando sobre explotaciones de
recursos naturales: canteras de yesos, arcilla, roca ostionera,
sal... Nos enseñó antiguos planos donde la toponimia
aludía a dicha actividad, como el “Cabezo del Yeso” (el actual
Cerro de los Mártires) o Punta Cantera (zona de los polvorines de
Fadricas); también el
nombre popular de algunas calles lo evidenciaban, como el “Callejón
de las Canteras” de la Casería de Ossio (actual Calle Santo
Ángel).
Pero nos quedamos
perplejos cuando nos comentó que hubo hasta prospecciones en el
acuartelamiento de Camposoto, en la zona más próxima al Cerro de
los Mártires, para ver la posibilidad de encontrar plata y plomo;
incluso se buscó azogue en la Casería de Ossio. En resumen,
podríamos decir que la Isla de León era la “cantera” por
excelencia de la Bahía.
Aprovechamos la coyuntura
para mostrarle el mapa hipsométrico que habíamos elaborado de San
Fernando. Antonio se sorprendió gratamente y esbozó una sonrisa de
“complicidad investigadora”. En ese momento supo que íbamos en
serio.
Antonio Sáez admira con agrado el minucioso trabajo realizado
por el S.G.T. con el mapa hipsométrico del municipio.
Después de alabar la
originalidad de nuestro trabajo y de su valor didáctico (confesó
que él empezó haciendo lo mismo cuando joven) nos comentó sobre la
base del mismo que la actividad extractiva a la que había estado
sometido durante siglos el municipio había ido modificando su
geomorfología. Ejemplos plausibles de esta alteración topográfica
del municipio son: la Barriada de Diputación (zona deprimida
conocida popularmente como “El Boquete”), el desmantelamiento de
los terrenos situados al norte de las vías del ferrocarril en la
zona de la Casería (conocidos antiguamente como “Monte del Duque”)
o El Barrero, etc.
Posteriormente Antonio
nos enseñó las fotos aéreas del “Vuelo Americano”. Se trata
una colección de imágenes del vuelo fotográfico
de la España peninsular realizado en los
años 1945-46
(Seria A) y 1956-57 (Serie B) por el Army
Map Service de
EE.UU. En dichas fotos pudimos apreciar perfectamente
las manchas de las numerosas canteras existentes en la zona de la
Casería de Ossio o la gran depresión de El Barrero. Pero lo que más
llamaba la atención era una franja, de unos 80-100 metros de ancho,
que iba en dirección NW-SE desde El Patio Cambiazo hasta la autovía
que circunvala San Fernando: eran las excavaciones del canal de
navegación entre la Bahía de Cádiz y Chiclana, más conocido
popularmente por el “Canal de Lerena” (sin buscarlo, se resolvió
una de nuestras incógnitas).
Los miembros del S.G.T. observan atentos las explicaciones que el director
del museo hace sobre las fotografías aéreas del Vuelo Americano de 1956.
Abrumados por la cantidad
de buena información para nuestro proyecto, aderezado con historias
de personalidades ilustres de nuestra ciudad (como el Almirante
General Lobo, el Marqués de Ureña o el marino y brigadier honorario
Lerena) decidimos dar por concluida la entrevista, pasar a limpio los
apuntes en el instituto y darnos un tiempo para poner en orden todos
estos datos obtenidos. Antonio nos pasó su correo y actualmente
seguimos en contacto con él vía e-mail.
Antes de irnos no pudimos evitar fotografiarnos junto a la
primera edición del diccionario de la RAE.
¡Muchas
gracias Antonio por colaborar en nuestro proyecto!